La perspectiva de la ternura
En este camino del vivir lleno de curvas, líneas rectas, colinas y valles… vamos distraídos, de una distracción a otra.
El pensamiento nos lleva de viaje al pasado, al futuro, ansiedad, preocupación, rumiación…
Mientras, la vida ocurre sin que le prestemos atención.
Y quizás hablamos con alguien, sin prestar atención.
Y comemos, sin prestar atención.
Y nos relacionamos, sin prestar atención.
Quizás vivimos, sin prestar atención a la vida.
Tardé muchos años en conectar con el silencio. Ahora es una casa donde me siento cómoda.
Sin embargo, distraída, hay momentos donde me voy a dar una vuelta, incluso me escapo,
para darme cuenta una y otra vez de lo a gusto que estoy en ella,
y volver de nuevo…
El silencio, está ahí siempre. La vida, está ahí siempre.
Tras la rumiación, tras la distracción, siempre está ahí.
Ahí está la piel, ahí esta el calor, ahí está el pulso, ahí está la respiración, ahí está la vida, ahí estás…
Si estás atenta, sintiendo, incluso en el ruido, ahí está, ahí está la vida, siempre está ahí…
Elegir un momento, detenerte, una pausa…
Y contactar con la vida ahora en ti.
Ahora mismo, siéntela, siente la respiración en este instante…
Y quizás alegría, o quizás tristeza, o miedo, o un cierto desasosiego… lo que haya.
Y siempre ahí, la respiración, la vida expresándose…
Una inspiración, una espiración. Frágil, vulnerable, bella…
Acompañarnos en lo que hay.
Ablandarnos, enternecernos, suavizarnos…
Sentir la vida desde la perspectiva de la ternura…
Y de repente, mirar al otro desde la mirada de la ternura
Y llega el asombro…
Sentir su fragilidad, sentir el movimiento de su inhalación, de su exhalación…
Sentir que sois lo mismo. Que la respiración es la misma.
Y darnos cuenta de la jaula de los pensamientos.
La exigencia, la crítica, la corriente continua de pensamientos, la rigidez, los juicios, las etiquetas que empleamos para categorizar el mundo, lo que ocurre, a los demás, a nosotros mismos…
Y cada encuentro, cada dificultad, una oportunidad de práctica. Desde un leve contratiempo a una situación más difícil.
La vida no es eso. Él no eso. Ella no es eso. Tú no eres eso.
Quizás solo se trata de reconciliarnos con nosotros, de hacernos nuestros mejores amigos, de reconocernos, de aceptarnos,
de descansar en lo que somos…
Descansar en lo que somos, respirarnos, respirar juntos…
Quizás solo se trata de abrir la puerta a la ternura.
Unos momentos, abierta. Otros momentos, cerrada.
Sea como sea, ya la has conocido. Sea como sea, ya la has sentido. Ya lo sabes.
Sea como sea, elegir momento a momento vivir desde la ternura.
María José Garrido
www.enpresente.com
Fotografía. @Fran.Garrido.Fotógrafo
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La jaula de los pensamientos
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