Kristin Neff
«No es necesario que ocurra algo novedoso para detenernos a oler las rosas. Solo hay que prestar atención a lo que tenemos delante de nuestras narices. En lugar de pasarnos el día en el modo resolución de problemas, pensando principalmente en lo que queremos arreglar de nosotros mismos o de nuestra vida, podemos hacer varias pausas a lo largo de la jornada para maravillarnos ante lo que no está estropeado.
Puedes sentir lo maravilloso que resulta tener un cuerpo lleno de vida ahora mismo, mientras lees estas palabras. Puedes considerar el asombroso hecho de que observando unos garabatos en una página eres capaz de recibir y conservar la transmisión de ideas. Aunque no nos conozcamos, nuestras mentes pueden comunicarse a través del poder de la palabra escrita. ¡Maravilloso!»