«Si quieres cantar ¡por favor canta! ¡Canta de verdad!»… Thich Nhat Hanh
«Llevamos unas vidas extremadamente ocupadas. Aunque no realizamos tareas manuales como las gentes de antes, parece que nunca tengamos tiempo para nosotros. Conozco a gente que dice no tener siquiera tiempo para comer o respirar, y me parece que es cierto. ¿Qué podemos hacer para remediar esta situación? ¿Podemos agarrar el tiempo con nuestras dos manos y hacer que vaya más despacio?
Antes que nada, encendamos la antorcha de nuestra plena atención y aprendamos de nuevo cómo beber té, comer, lavar platos, andar, estar sentados, conducir y trabajar con atención. No tenemos que ser arrastrados de un lado a otro por las circunstancias. No somos una simple hoja o un tronco en un río cuadaloso. Con atención, cada una de nuestras acciones cotidianas adquiere un nuevo sentido, y descubrimos que somos más que máquinas, que nuestras actividades no son simple repeticiones distraídas. Encontramos que la vida es un milagro, el universo es un milagro, y también nosotros somos un milagro.
Cuando somos invadidos por la confusión y la dispersión, podemos hacernos la siguiente pregunta: ¿Qué es lo que realmente estoy haciendo ahora? ¿Estoy perdiendo mi vida? Independientemente, esa pregunta vuelve a encender la luz de la atención plena y la devuelve a la respiración. En nuestros labios aparece una pequeña sonrisa natural y cada segundo de nuestro trabajo se vuelve vivo. Si quieres cantar ¡por favor canta! ¡Canta de verdad!»…
Thich Nhat Hanh (1993). El sol, mi corazón. Vivir conscientemente