Tormentas…
«Sientate tranquilamente cada vez que en ti se desate una tormenta emocional, yergue la espalda»…
«regresa a tu cuerpo y restablece contacto con la respiración»…
«No te alejes de tu inspiración y tu espiración y permanece ahí,
con la misma firmeza que el capitán sostiene el timón de su barco,
impidiendo que quede a merced de las olas.
La respiración atenta es el ancla, el timón y el mástil de tu barco»…
«Recuérdate: «He atravesado muchas tormentas y todas ellas han pasado.
Ninguna se ha quedado para siempre. También esta pasará.
Una tormenta no es más que una tormenta.
Pero como nosotros no somos una tormenta, siempre podemos aun en medio de la tormenta, encontrar un refugio.
No dejes que la tormenta te dañe»»…
«Si contemplas la copa de un árbol, azotada por la tormenta,
tienes la impresión de que, en cualquier momento, la tormenta lo derribará.
Pero si, en su lugar, te fijas en el tronco y en su base,
advertirás que tiene muchas raíces que lo anclan profundamente a la tierra.
Entonces te das cuenta de que el árbol permanece en su sitio y te quedas tranquilo»…
Fuente: Thich Nhat Hanh (2013). Felicidad. Prácticas esenciales de mindfulness. Kairós, Barcelona
Foto. @Fran.Garrido.Fotógrafo
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